Kōan
- Para venir a gustarlo todo,
- no quieras tener gusto en nada.
- Para venir a saberlo todo,
- no quieras saber algo en nada.
- Para venir a poseerlo todo,
- no quieras poseer algo en nada.
- Para venir a serlo todo,
- no quieras ser algo en nada.
- Para venir a lo que no gustas,
- has de ir por donde no gustas.
- Para venir a lo que no sabes,
- has de ir por donde no sabes.
- Para venir a poseer lo que no posees,
- has de ir por donde no posees.
- Para venir a lo que no eres,
- has de ir por donde no eres.
- Cuando reparas en algo
- dejas de arrojarte al todo.
- Para venir del todo al todo,
- has de dejarte del todo en todo.
- Y cuando lo vengas del todo a tener,
- has de tenerlo sin nada querer.
Un ko-an (Japonés: ko-an, Chino: go-ng-àn) es, en la tradición zen, un problema que el maestro plantea al novicio para testar sus progresos. Muchas veces el koan parece un problema absurdo, ilógico o banal. Para resolverlo el novicio debe desligarse del pensamiento racional y aumentar su nivel de conciencia para adivinar lo que en realidad le está preguntando el maestro, que trasciende al sentido literal de las palabras.
En la filosofía o religión budista, y en concreto dentro del Budismo zen, el koan es un problema o caso establecido para romper la lógica del fraile novicio y hacerlo recapacitar en la impermanencia y absurdo de las cosas. Se trata de un problema insoluble o con una solución demasiado sencilla para ser visible; por ejemplo: "¿Cuál es el sonido de una sola palma que aplaude?".
Todas las místicas religiosas poseen formulaciones parecidas basadas en la paradoja, el oxímoron o la antítesis. En el Cristianismo la inspiró la teología negativa del Pseudo Dionisio Areopagita, que dio sus más destacados frutos en San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesus.
San Agustín formuló un famoso koan, que le fue revelado en un sueño por el mismo Cristo: "No me buscarías si no me hubieses encontrado".
Listado de Koans >>
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home